viernes, 28 de noviembre de 2008

Son las doce y diecisiete minutos de la noche. Acabo de llegar a casa tras un concierto genial, cinco minutos de autobús urbano y cuatro de andar por calles, todas cuesta abajo. Ahí afuera, un grado bajo cero, dos polis locales hacen guardia en la esquina de la avenida principal, una chica intenta parar un taxi que no pasa y yo camino con la bufanda hasta los ojos... maldito frío. Me encanta el frío.
(Y mañana, cuatro.)
¿Aún no he contado nada sobre las prácticas?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro que tu noche haya sido bonita, bonita ^^ xD

También adoro el frío. Es una excusa perfecta para pedir abrazos y las manitas frías son más curiosas y traen sentimientos.

Buenas noches, princesa! :*