lunes, 22 de noviembre de 2010


Recordaré aquel viaje con más cariño que cualquier otro.
En agosto, Marina me dijo que tenía unos días libres.
Me preguntó dónde quería ir y yo le dije Polonia.
En septiembre pasamos los mejores quince días del año.
Muchos aviones, muchos trenes, muchas ciudades, una mochila pequeña.
Y la mejor compañía.

1 comentario:

Unknown dijo...

De esos viajes que nunca se olvidan. Polonia suena genial, tengo muchas ganas de ir :)