domingo, 18 de diciembre de 2011

La sensación que te envuelve cuando le cuentas a todo el mundo que sí, que te vas, que no hay vuelta atrás.

No puedo evitar llorar cuando imagino el momento en el que, maleta en mano, cerraré con llave la puerta de mi casa.
Será en enero. Tenía razón cuando decía que todo pasa en enero.

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