Dentro de veinticuatro horas -aquí es cuando me doy cuenta de que la mayoría de cosas que escribo empiezan de esta manera, con un "dentro de tantas horas..." y que pocas veces escribo sobre lo que ya ha pasado; y, si lo hago, no me sale otra que hacerlo reproduciendo de forma exacta el diálogo más chocante- probablemente esté ya con mis zuecos blancos, el pijama azul de la UCI, cuatro bolis -para las gráficas de cuidados intensivos: rojo para la temperatura, verde para la tensión arterial, azul para la frecuencia cardíaca y negro para las ventilaciones por minuto- perfectamente alineados en el bolsillo superior del pijama, el fonendoscopio colgando del cuello, una libreta en la mano -indispensable complemento de todo estudiante de prácticas, porque, como dice Inés, quién sabe si además de cómo se realiza una punción arterial, tienes que apuntarte el móvil del R1...-, el pelo recogido en una coleta que me habré hecho con prisas nada más entrar al hospital y los nervios que se me verán de lejos, justo en el momento de cruzar la puerta:
UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS
(Welcome back)
Todo, en menos de veinticuatro horas.
1 comentario:
No sé si sepas (y si no, me parece mal) pero eres de las personas más románticas y encantadoras que conozco.
Me gusta leer tu perfil, porque en tus datos personales vienen los momentos que son tan tú, y eso se nota incluso en la fotografía tímida y gris que tienes para tu cuenta :) (claro, a esto tendría que sumarle que leo tu blog escuchando Everybody's gotta learn sometimes y resulta más bonito así, si cabe).
Pues eso, princesa, que tienes Débochca para rato y estaré pendiente de tus actualizaciones, que siempre son taquicardia gris y me encanta.
Que tengas felices días, preciosa!
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