jueves, 2 de julio de 2009

Buf, qué duro se hace volver a tu ciudad después de estar tres días en la playa, concierto de U2 incluído. Y aunque en internet se hable mucho del ego de Bono y de la millonada de euros que cuesta un escenario así y bla, bla, bla... cuando llevas desde que eras un pegote deseando escuchar "Sunday Bloody Sunday" en directo, no te importa nada lo demás. Te quedas con la sensación de vértigo al ver a 90.000 personas gritando y saltando a la vez y con los escalofríos que inevitablemente te recorren entera.

1 comentario:

Mr. Bizarre dijo...

uffffffff, que pasada! Ojala yo pudiera haber ido al concierto de los U2.

Hace años que quiero verlos, pero por unas o por otras nunca voy. Me hablaron de que hará ya unos años (unos 10) vinieron a Madrid y actuaron en el Vicente Calderón (estadio del Atlético de Madrid) junto con Franz Ferdinand como teloneros!

I N C R E I B L E ! ! !