martes, 12 de junio de 2012

Llevo meses sin escribir (algo bueno) y sin hacer una foto (decente). Definitivamente esas dos cosas sólo me sirven para expresarme cuando estoy herida, triste, angustiada y llena de rabia, pero no cuando estoy feliz. Me da miedo que todas estas sensaciones caigan en el olvido (yo y mi mala memoria) porque ni las estoy escribiendo ni las estoy retratando: las estoy viviendo. La noche en que se nos echó encima el amanecer, la orilla del Loira, el concierto de música clásica, el lugar donde mueren los tranvías, Vertou y la sensación ya olvidada de dejarme caer para aterrizar en unos brazos que nunca sueltan.

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